...Por Kurt
Schleicher
¿Son los otoños diferentes en función del lugar o el otoño es
otoño porque va después del verano y se caen las hojas a la espera del
invierno?
Es evidente que los otoños no son iguales y
ni siquiera coinciden con la época del año; en ese “proceso puente” entre el
verano y el invierno los matices son muy interesantes y hay que saber cuándo es
el momento ideal de disfrutarlo. El día que perdamos la facultad de extasiarnos
con la paleta de colores otoñal, habremos muerto un poco. Y aún más: hay años
en que los otoños son excepcionales en cuanto a esos matices y otros que
resultan algo frustrantes, pues si el verano resulta largo y el invierno
tempranero, el pobre otoño no tiene tiempo de sacar a la luz su colorido y si
lo hace, habrá que estar muy atentos; será efímero.
Por estas razones, cada año procuro estar
atento, armarme con mi cámara y dejarme guiar por lo que veo o intuyo.
Normalmente me circunscribo a Madrid, pero
hay ocasiones en que surge algún viaje entre octubre y noviembre y esto sucedió
en 2018. Quise dar una sorpresa a una entrañable prima mía con ocasión de su cumpleaños. Ella reside en
Bolzano, la capital del Tirol del Sur, oficialmente italiano, pero en realidad
bilingüe con el alemán por razones históricas. Más aún, hoy pervive todavía un
ancestral sentimiento nacionalista / independentista (¿de qué me sonará eso?)
de raíces germánicas. Bolzano está en un valle y en el momento que se asciende
a cualquier montaña de las muchas que hay alrededor, se habla solamente alemán
e incluso los establecimientos ya dejan de ser bilingües: los nombres suelen
ser “Alphaus” y no “Casa degli Alpi”, que suena horroroso además. El valle está
cerrado por una formación espectacular de los Alpes Dolomitas a modo de pared,
conocido por “Rosengarten” (Jardín de las Rosas en alemán) o “Catinaccio” en
italiano (¿no es eso lo que hace la defensa de la Juve?). Tiene fama su
coloración rojiza al atardecer en días claros y en especial en otoño por la
inclinación del sol. Bolzano está ligado a mi familia, pues allí vivieron mis
abuelos, en el primer piso de una casa de tejado escalonado bajo una torre muy
antigua (Torre Druso) de forma cilíndrica; ambas se conservan (ver foto). Cerca
de allí hay multitud de castillos; el más famoso es el imponente Runkelstein,
sobre una roca elevándose majestuosamente sobre el río, como se ve en la fotografía.
La otra razón del viaje fue visitar Turín y
su museo egipcio, considerado el mejor del mundo tras el de El Cairo, pero eso ya
es otra historia. En cuanto al otoño, en esta ciudad se encuentra el Parco
Valentino, a un lado del río Po, del que
se dice que hay que visitarlo precisamente en otoño. Por supuesto lo hice, pero
se conoce que no era el momento apropiado y no incluyo ninguna foto.
En cuanto a Madrid, el Retiro sigue siendo
una reserva otoñal que nunca me falla y en este año el Campo del Moro bajo el
Palacio Real ha resultado esplendoroso. Será que esta vez sí acerté con el día
apropiado.
KS, 9 de enero de 2019